El Aikido y los suburi
Desde los inicios de las artes marciales hasta la pandemia dl día de hoy, los suburis son una de las herramientas importantes para el Budo y a su vez una de las que mayor trasfondo tienen. En el caso del Aikido, el manejo de armas fue introducido por O’Sensei junto con la organización de los Suburi, y el perfeccionamiento de su transmisión.
Según el nivel de los practicantes, los suburi pueden tener múltiples objetivos. Para principiantes pueden ser ejecutados como ejercicios simples o una simulación de ataques y defensas que les sirvan para introducirse en el manejo del espacio, tiempo, coordinación física e incluso para perfeccionar el agarre y evitar lesiones en las manos sin importar el número de repeticiones. Posteriormente pueden introducirnos a los enfrentamientos de armas (Kumi tachi y kumi jō).
En el Aikido, los suburi resultan un constructo donde se “codificaron” las enseñanzas de O’Sensei. Siendo estos un camino para la transmisión/aprendizaje general. Nos sirven para aprender desde aspectos técnicos como desplazamientos, respiración o la base de las proyecciones e inmovilizaciones hasta elementos que tienden más al Budo como la intención, el musubi y la armonía.
Acorde a O’Sensei, el arma debe ser una extensión del practicante, debe penetrar y absorber la energía del universo para después canalizarla en una ola que se proyecte hasta el infinito. Visto de esta manera, el manejo de las armas transmite una parte de nuestra esencia a nuestro entorno; los suburi nos introducen con un mayor trasfondo al Budo y nuestra propia transmisión al mundo puede servir para crear o destruir.
Aún con toda la simpleza y toda la complejidad que los Suburi cotienen. Su aprendizaje y práctica no dejan de ser una base del Aikido. Son un principio para un camino de vida que debe continuar su refinamiento y crecimiento.
Incluso en el caso de algunos maestros, después de todos sus años de experiencia, se han encontrado de regresó en los suburi. Para crear ejercicios distintos a los clásicos sin dejar de lado la base tradicional del Aikido. Y así generar versatilidad y modificar múltiples enseñanzas para incluir algunos elementos de su conocimiento.
De esta manera, se deja a ver que no todo está escrito. No todo el conocimiento humano está planteado y si bien no todo es un ciclo donde siempre se regresa al mismo punto, es posible que el aprendizaje nos lleve de regreso al inicio, ||pero con un cierto nivel de crecimiento.
Y espero algún día, el perfeccionamiento de nuestro ser no solo nos encamine a nosotros y nuestros seres cercanos, sino también al mismo Aikido y los suburi.